El consejero Javier Rincón ha reunido este lunes a organizaciones, empresas y cooperativas.
La detección en Cataluña de los primeros casos de peste porcina africana (PPA) en España desde 1994 ha encendido todas las alarmas en Aragón y por supuesto, en la comarca de Los Monegros, una de las principales zonas productoras del país. Aunque el foco sigue localizado y por el momento no ha saltado a ninguna explotación ganadera, el sector permanece en guardia ante una enfermedad altamente contagiosa y con graves consecuencias económicas.
El Gobierno de Aragón ha reaccionado con rapidez, intensificando la vigilancia epidemiológica y reforzando los controles en las 4.300 granjas porcinas de la Comunidad. El consejero de Agricultura, Javier Rincón, reunió este lunes a organizaciones agrarias, cooperativas y representantes de la industria para analizar la situación y revisar los protocolos activos, dentro de una agenda de contactos iniciada el mismo día en que se confirmaron los primeros casos en Cataluña.
Según el responsable autonómico, Aragón cuenta con «uno de los sistemas de control biosanitario más sólidos del país», y todos los esfuerzos están centrados en proteger al sector y mantener informada a la población. «No hay casos en Aragón y trabajamos con un sector muy profesionalizado. Vamos a seguir haciendo todo lo necesario para que la situación continúe bajo control», afirmó. Rincón insistió en que se debe actuar con «alerta, pero con serenidad», recordando además que la PPA no se transmite a humanos ni compromete la seguridad del consumo de carne.
Entre las medidas anunciadas figura la contratación de personal especializado para reforzar los controles de bioseguridad en explotaciones, una campaña informativa dirigida al público general y una vigilancia continua de zonas de riesgo, en coordinación con los Agentes de Protección de la Naturaleza. También se prevé un incremento de las batidas de jabalíes, al considerarse la fauna silvestre el principal vector de transmisión.
El Gobierno de Aragón, además, ha pedido al Ministerio avanzar en la regionalización de las exportaciones, un aspecto estratégico para evitar daños desproporcionados al comercio exterior, clave para la economía aragonesa.
La preocupación es especialmente palpable en Los Monegros, donde el porcino es un pilar económico y social, y cualquier amenaza se vive con intensidad. Las granjas han reforzado sus medidas de prevención, desde el control de accesos hasta la limpieza y desinfección, y los ganaderos insisten en la urgencia de atajar la sobrepoblación de jabalíes, una reivindicación reiterada en los últimos años.
Las organizaciones agrarias han valorado la reunión convocada por el Ejecutivo autonómico. ASAJA Aragón destaca la importancia de trasladar un mensaje de calma y de reforzar la bioseguridad, recordando que la enfermedad no afecta a las personas. La organización respalda la elaboración de un protocolo específico de actuación y subraya la necesidad de controlar la fauna silvestre, una demanda histórica.
UAGA-COAG, por su parte, incide en la «preocupación absoluta» existente en el sector y exige medidas coordinadas y transparentes entre administraciones. La organización reclama apoyo económico directo al ganadero en caso de sacrificio de animales, así como medidas de mercado que mitiguen el impacto comercial. Ambas coinciden en reforzar la comunicación a la ciudadanía y en insistir en la importancia de no dejar restos de comida en el monte, una práctica que podría haber favorecido el contagio en el foco catalán.
El sector porcino es esencial para Aragón, al representar más del 40% de la producción agraria final y generar más de 21.000 empleos directos e indirectos. La situación actual, con mercados estratégicos como Japón, Estados Unidos o Reino Unido aplicando restricciones temporales a la carne de cerdo española, añade presión a una actividad que tiene en la exportación una de sus principales vías de crecimiento. Las autoridades advierten que será necesario al menos un año sin nuevos casos para recuperar el estatus sanitario pleno.
