Los hechos han generado preocupación e inquietud entre la población.
En solo quince días, cuatro viviendas de la localidad de Sodeto han sido asaltadas. Los dos últimos robos tuvieron lugar el pasado sábado y los cuatro siguieron un mismo patrón: los ladrones esperaron a que las casas quedaran vacías, accedieron por ventanas o puertas situadas en la parte trasera y se llevaron únicamente joyas y dinero.
Las cuatro viviendas afectadas se encuentran en la calle La Gabarda, un tramo periférico, junto al pinar, donde el tránsito es menor y las casas quedan más expuestas. «Entraron de forma limpia, sin causar grandes daños, y fueron directamente a buscar objetos de valor», explica el alcalde, José Manuel Penella. En uno de los casos, el propietario apenas se había ausentado un par de horas para acudir al bar social; al regresar, se encontró con todas las habitaciones registradas.
Penella admite la «inquietud y preocupación» que estos asaltos han generado entre los vecinos. Además, considera que la forma de actuar apunta a una vigilancia previa, lo que genera todavía mayor sensación de indefensión.
Un problema que se repite desde 2023
Desde principios de 2023, distintos municipios de Los Monegros han denunciado episodios similares, con viviendas de Peñalba, Bujaraloz, Alcubierre, Sariñena o Grañén entre las afectadas. El patrón se repite: viviendas vacías durante un espacio de tiempo, entradas discretas por accesos secundarios y un botín centrado en joyas y dinero.
La inquietud y preocupación vecinal ha llevado en muchos casos a varios ayuntamientos a reforzar la vigilancia y solicitar sistemas de videovigilancia.
En la comarca, los últimos casos se registraron el pasado mes de marzo en Grañén, donde dos familias sufrieron robos en circunstancias casi calcadas a las de Sodeto: breves ausencias, entradas silenciosas y sustracción de joyas y dinero como único objetivo.
El fenómeno tampoco es exclusivo de Los Monegros. La Hoya de Huesca, el Somontano o el Bajo Cinca han padecido episodios similares en los últimos años. Aunque varias operaciones policiales han permitido detener a bandas itinerantes especializadas, los asaltos continúan apareciendo de forma intermitente en el medio rural.
