El lobo reaparece en el monte de Leciñena

El último ataque tuvo lugar hace cinco meses en Farlete.

El rebaño estaba protegido por un pastor eléctrico.
El rebaño estaba protegido por un pastor eléctrico.

El lobo ha vuelto a reaparecer en Los Monegros, cinco meses después del último ataque, que tuvo lugar en noviembre en Farlete. El cánido atacó la madrugada de este pasado lunes al rebaño del ganadero Carlos Seral, de Leciñena, matando a una de sus ovejas.

El Gobierno de Aragón ha confirmado que el depredador ha sido el autor del ataque registrado. Un Agente de Protección para la Naturaleza trasladó al animal al centro de recuperación de La Alfranca, donde se le realizó la necropsia, que reveló que «las mordeduras eran compatibles con el lobo».

El rebaño afectado, que estaba compuesto por un millar de ejemplares, estaba dentro de un pastor eléctrico situado en la denominada finca “;El Vedado”;, a unos nueve kilómetros de la localidad de Leciñena, según ha detallado Seral, «más que harto» de la situación. Y es que se trata del quinto ataque que sufre su ganado. En total, ha perdido ya 15 ovejas.

El ganadero señala que más allá de los animales muertos el problema está en los cambios de rutinas que deben acometer así como en las inversiones derivadas de la presencia del cánido. «Hemos tenido que modificar nuestra forma de trabajo, perdiendo zonas de pasto e invirtiendo más horas, y además, hemos tenido que hacer un importante desembolso en material de protección. Las ayudas no compensan los gastos. Las horas de trabajo han crecido y los beneficios han bajado», explica Seral.

El rebaño atacado estaba dentro de un vallado de 90 centímetros de altura y además, protegido por dos perros mastines. Según el ganadero, uno de los palos ha aparecido roto, al igual que una zona baja del cercado, daños achacables al cánido en su huída o a los propios mastines. El ganadero cree que los perros minimizaron el impacto del ataque, ya que el lobo solo había devorado una parte muy pequeña de la oveja.

El pastor eléctrico y los animales fueron adquiridos siguiendo las directrices del Gobierno de Aragón, que financia la adquisición de este tipo de medidas de protección, la única forma posible de lucha contra el cánido. La DGA también tiene activada una línea de ayudas a los ganaderos en los territorios donde está confirmada la presencia del oso y el lobo.