La Cartuja, fuente de inspiración para todo tipo de artistas

Ha logrado captar la atención de pintores, músicos o escritores.

Detalle de la acuarela del pintor Manuel Mací­as.
Detalle de la acuarela del pintor Manuel Mací­as.

Atraídos por sus pinturas murales, por su historia, por el halo de misterio que la envuelve o por una más que agradable temperatura en su interior, más de 260 personas habían visitado La Cartuja de las Fuentes entre el 1 y el 20 de agosto. Y más de 500 entre junio y julio. Dentro de ellas, ha habido varios artistas así como turistas llegados de diferentes puntos del país e incluso de otros lugares del mundo.

El boca a boca es muy importante a la hora de dar a conocer lugares con magia y, como no podía ser de otra manera, está jugando a favor del conjunto monástico: hace unas semanas el pintor Manuel Macías Cañizares acudió a una de las visitas guiadas, quedó tan asombrado que lo recomendó a amigos y familiares. Algunos de ellos, atraídos por la acuarela que pintó de la entrada de la iglesia, han entrado a formar parte ya de los cientos de personas que, cada mes, conocen el recinto de La Cartuja de Las Fuentes.

Es el caso del poeta sevillano Pedro Puerma, que, tras su visita este mes de agosto, ha escrito un bonito soneto. O del escritor Pedro J. Rico, que también este verano ha querido conocerla, quién sabe si el conjunto monástico servirá de inspiración para su próximo libro.

A mediados de junio, la cantante alemana Sarah Connor grabó el videoclip de una de sus canciones en el recinto, lo que ha atraído a grupos de turistas germanos. Pero este verano también han llegado hasta esta zona de Los Monegros turistas brasileños, franceses o ingleses.

A raíz de escuchar el programa Ser Historia, emitido en mayo, han sido también varias las llamadas que ha recibido la empresa que gestiona las visitas guiadas. Uno de los capítulos más destacados de nuestro país, la Guerra Civil, sirve como polo de atracción de muchos de los visitantes de La Cartuja de Las Fuentes, y es que los descubrimientos de grafittis realizadas por soldados de ambos bandos en diferentes partes del edificio han llamado la atención de muchas personas.

También el último hallazgo, el polvorín que se escondía en el edificio de obediencias. Aunque lamentablemente todavía no está abierto para visitas. O el antiguo molino de aceite encontrado de manera inesperada a finales del año pasado durante unas labores rutinarias de desbroce y limpieza.