Leader: una apuesta por el sector de la agroalimentación

Desde 2016, han apoyado 424 proyectos en Aragón.

El secadero de Montesusí­n están entre los proyectos apoyados
El secadero de Montesusí­n están entre los proyectos apoyados

El programa Leader es fundamental para el desarrollo del sector agroalimentario en Aragón. Así lo señalan desde la Red Aragonesa de Desarrollo Rural y así lo demuestran las cifras. Desde 2016, a través de estas ayudas, se han impulsado 424 proyectos desarrollados por empresas vinculadas con las transformación y comercialización de productos agroalimentarios, lo que ha favorecido la creación de 224 empleos en el medio rural, el 44% femeninos, que son los que asientan población.

En Los Monegros, algunos de los mejores ejemplos son el secadero de cereales de Montesusín, al que se le concedió una ayuda de algo más de 90.000 euros, o las mejoras llevadas a cabo en el matadero de aves de Poleñino, la envasadora de huevos de codorniz de Bujaraloz o el centro de clasificación de huevos de gallinas camperas en Grañén.

Un trabajo de campo sobre Leader en Aragón hecho por el departamento de Geografía y Ordenación del Territorio de la Universidad de Zaragoza incluye una encuesta a 200 beneficiarios de las ayudas Leader gestionadas por el Ceder Monegros, donde se muestra una supervivencia «muy elevada» de las pymes apoyadas, «con valores superiores a la media nacional: las pequeñas empresas rurales son mucho más resilientes y no se deslocalizan», indican desde la Red Aragonesa de Desarrollo Rural.

En Aragón el autor concluye que el 57% de todos los proyectos Leader se emprenden en municipios menores de 2.000 habitantes (el 42% en municipios de menos de 1.000 habitantes) y del total de personas apoyadas, el 38% son mujeres.

Las ayudas Leader proceden de la Unión Europea (80%) y el Gobierno de Aragón y se dirigen a las empresas de menos de 20 trabajadores y con menos de cuatro millones de euros de facturación o balance. Las pequeñas empresas alimentarias están ligadas íntimamente al turismo y la artesanía. Y también al patrimonio, que integra el saber agroalimentario ancestral. El nombre de cada alimento contiene historia, raíces, pueblos, territorios y personas.

Las empresas que los ponen en valor refuerzan las relaciones necesarias para impulsar el desarrollo territorial, contribuyen a la vertebración social, favorecen alianzas y asociaciones para promocionar, comercializar, formarse y mejorar en calidad.

Las empresas son de muy diversos sectores: cervecerías, trufas, setas, azafrán, huevos, dulces, almendras, embutidos, patés, jamones, escabechados, queserías, almazaras, congelados, harina ecológica, bodegas artesanales ecológicas de vino, licores autóctonos, frutas y hortalizas. También encontramos proyectos innovadores para el sector agroalimentario, y los que integran las tecnologías de la información y de la comunicación: teledetección, drones, Internet de las Cosas, plataformas digitales, robotización.