Dos meses han permanecido confinados internos y trabajadoras en la residencia municipal de Sariñena. El centro fue declarado en cuarentena el pasado 25 de marzo y se cerró por completo. A lo largo de este tiempo, los usuarios han permanecido prácticamente aislados en sus habitaciones y las empleadas han dormido en un espacio habilitado para ellas. La plantilla se dividió en dos grupos y de este modo, se establecieron relevos cada quince días. Todo con un objetivo: frenar el brote de coronavirus detectado y salvaguardar a los usuarios. Y lo han conseguido.
La situación ya se da por estabilizada. De hecho, todos los contagios se dieron al inicio de la crisis, sin que hayan aparecido nuevos casos en varias semanas, según fuentes municipales. Del conjunto de afectados, al menos nueve internos no pudieron superar la enfermedad y una docena se han recuperado. Ahora mismo, solo quedan cinco usuarios con PCR positiva en el centro, todos ellos asintomáticos, y dos más en la residencia La Abubilla de Yéqueda.
La residencia municipal ha sido dividida en zonas rojas y verdes, separando a negativos y positivos, lo que, junto a la mejora de la situación, ha permitido a lo largo de los últimos días la vuelta escalonada de los internos que resultaron contagiados y que han ganado la batalla al Covid-19. De forma temporal, la mayoría de ellos fueron alojados al obtener el alta médica en las instalaciones habilitadas en el centro joven.
El confinamiento concluyó este fin de semana. A partir de este lunes, las trabajadoras ya podrán entrar y salir del centro. Ahora bien, al mantenerse activa la pandemia y además, contar con varios positivos, las medidas de higiene y seguridad seguirán siendo las mismas. La plantilla se mantendrá separada en dos turnos, sin coincidir y sin mezclarse, y además, todas las empleadas seguirán utilizando equipos de alta protección. También se mantendrá el refuerzo de personal implementado al inicio de la crisis.
Desde el consistorio, se reconoce que es un importante avance, pero sus responsables hablan con prudencia, ya que todavía queda un largo camino hasta recuperar la normalidad. «La situación está controlada, pero debemos mantener la guardia y seguir trabajando en la misma línea», señalan. También agradecen la «valentía y esfuerzo» de las trabajadoras así como la entereza y comprensión de usuarios y familiares.
