El nuevo spot de la Lotería de Navidad se fija en la lucha contra la despoblación del medio rural

El anuncio recién estrenado también habla del poder de las redes sociales y de la fuerza de la solidaridad.

La despoblación en el medio rural y la soledad no deseada son el telón de fondo del esperado y nuevo spot del Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad. El emotivo anuncio también habla del poder de las redes sociales y de la fuerza de la solidaridad.

 

El spot ha sido rodado en la ciudad de Vigo y su entorno y narra la historia de Julián, un vecino de una población rural en retroceso, que reconoce en televisión que no tiene con quién compartir el décimo. Y es que ha visto partir uno a uno a sus vecinos.

 

A partir de ese momento, se inicia una cadena de solidaridad a través de las redes sociales, que se llenan de personas dispuestas a compartir su premio con Julián, que vive ajeno al revuelo que han causado sus palabras. La cadena de solidaridad crece bajo el hastag #YoTambiénComparto.

 

El lema del spot, que ha sido presentado este jueves, marcando la cuenta atrás hacia la llegada de la Navidad, es ‘Compartirlo es extraordinario’.

 

El contexto se asemeja a la lucha contra la despoblación que mantienen muchos de los pueblos de Los Monegros. Además, su estreno recuerda todo lo acontecido el 22 de diciembre de 2011, cuando el territorio resultó agraciado con el Gordo ‘más gordo’ de la historia, que repartió 720 millones de euros con el célebre 58.268.

 

El número estaba consignado íntegramente en la administración nº1 de Grañén. De los 720 millones, 120 fueron repartidos en participaciones de 5 euros por la asociación de mujeres y consumidores de la localidad de Sodeto. La práctica totalidad de sus 290 habitantes resultaron agraciados. Y, además, gracias a este colectivo local, la suerte llegó a otras poblaciones cercanas como San Lorenzo del Flumen, Valfonda de Santa Ana, Alberuela de Tubo o Curbe. El resto de las series -solo se devolvieron media docena- se vendieron en ventanilla y en tres establecimientos hosteleros, dos situados en la capital oscense, Carlitos y Asador Esperanza, y otro en Tardienta, el bar Boira, inaugurado tan solo dos meses antes de la llegada del premio. A cada décimo, le correspondieron 400.000 euros, el mayor premio de la historia y el último libre del pellizco de Hacienda.