Monegros ya acoge a 36 refugiados procedentes de Ucrania

Las entidades sociales mantuvieron un encuentro en Sariñena, convocado por la Comarca y dirigido a coordinar sus acciones.
El encuentro entre las entidades sociales tuvo lugar en la sede comarcal de Sariñena.

El encuentro entre las entidades sociales tuvo lugar en la sede comarcal de Sariñena.

El goteo de refugiados ucranianos es constante en la comarca de Los Monegros, que ya ha recibido a 36 personas, la mayoría son mujeres con hijos menores y con algún tipo de vinculación con el territorio. De hecho, muchas fueron en su día niñas de acogida o lo fueron sus parejas a través de la Asociación Asistencia a la Infancia. También hay otro porcentaje que ha llegado a través de familiares o conocidos asentados en la comarca, donde ya había 65 ucranianos empadronados antes del estallido de la guerra.

 

Para coordinar la atención a los refugiados, varias de las entidades sociales implicadas mantuvieron un primer encuentro esta misma semana en Sariñena. La reunión, que tuvo lugar el pasado lunes, fue promovida desde el Centro Comarcal de Servicios Sociales, que convocó a Cruz Roja Monegros, Cáritas, Banco de Alimentos, Fundación CEPAIM, ACCEM y Asociación de Asistencia a la Infancia.

 

La sesión concluyó con varias ideas claras, incluyendo un mensaje dirigido a las instituciones locales así como a aquellos que quieren prestar su ayuda. El consejo general es utilizar siempre los canales oficiales. En Los Monegros, el Centro Comarcal de Servicios Sociales actúa como una especie de ventanilla única, una primera puerta a la que llamar, recogiendo las demandas generadas tanto desde los ayuntamientos como desde los propios afectados. También recibe y canaliza hacia los recursos o administraciones correspondientes los ofrecimientos de aquellas personas que quieren colaborar cediendo inmuebles o acogiendo familias. Hay dos vías de contacto con el Centro Comarcal de Servicios Sociales, el teléfono 974 570 701 y el correo electrónico cssmonegros@monegros.net

 

Durante el encuentro, las entidades sociales coincidieron en que la realidad actual es asumible, especialmente al ser un número de refugiados todavía reducido y con vínculos ya establecidos, lo que resuelve la primera de sus necesidades: el alojamiento. Dentro de las 36 personas actuales, solo hay alguna excepción, que se sale del perfil mayoritario, pero que ha contado con la solidaridad de la localidad receptora y con el apoyo de las entidades sociales.

 

Desde el Centro Comarcal de Servicios Sociales, la labor de sus trabajadoras se centra en atender las necesidades básicas de los recién llegados. Para ello, se realiza una valoración inicial y en primer lugar, se les dirige a la Policía Nacional, donde se están tramitando los permisos temporales de residencia, lo que les da acceso a educación, sanidad, servicios sociales o prestaciones. También se cubren sus necesidades más básicas, desde la alimentación a la ropa o el material escolar, siempre en coordinación con el resto de entidades que operan en el territorio y recurriendo a las donaciones ya realizadas en varias poblaciones monegrinas. Además, las trabajadoras sociales se encargan de la gestión y acompañamiento de las personas a los centros escolares o sanitarios y además, se mantienen en contacto permanente con el fin de ir analizando y cubriendo sus necesidades futuras, según explica la directora del Centro Comarcal de Servicios Sociales, Chus Zapater.

 

«Ahora mismo, nos estamos centrando en acompañar a los propios refugiados y a las familias receptoras, cubriendo sus necesidades básicas y estando muy pendientes de su evolución. Son personas que huyen de una guerra, cada una con una historia diferente y una trayectoria vital distinta. Nuestro trabajo es acompañarlas y ofrecerles apoyo, vigilando además su estado emocional, con el fin de dirigirlas a los diferentes recursos de carácter sanitario o social», detalla Zapater, insistiendo eso sí en que su llegada todavía es reciente y por lo tanto, «hay que darles tiempo y acompañarles en su itinerario de inserción».

 

«Hay personas -prosigue- que solo piensan en salir adelante y otras que están bloqueadas por el dolor. Hay personas que se agarran a su deseo de volver cuanto antes a su país y otras que son muy conscientes de la imposibilidad de hacerlo a corto plazo. Hay personas en las que prima un sentimiento de tristeza y otras, de enfado y rabia». «También son personas que han llegado de diferente forma y que parten de situaciones distintas, algunos tenían una estabilidad económica y otros ciertas dificultades; unas tienen formación y otras, no. Todo condicionará su evolución y su estancia entre nosotros. No se puede ver y atender como una única realidad», añade.

 

Y, precisamente, atendiendo a esta situación, Zapater insiste en la necesidad de que estas personas encuentren aquí una red de apoyo estable. No podrían soportar un doble desarraigo o decepción. De hecho, los acogimientos deben ser duraderos en el tiempo y las personas que tienden su mano deben ser conscientes de las dificultades que rodean a los refugiados. También es fundamental informarse y buscar asesoramiento, especialmente en el tema de los menores, ya que aquellos que llegan sin su progenitor o tutor se convierten en menores no acompañados y por lo tanto, su protección pasa a ser responsabilidad del Gobierno de Aragón. «Nuestro consejo es siempre acudir a las entidades sociales asentadas en el territorio y, al mismo tiempo, reflexionar sobre el apoyo o ayuda real que podemos ofrecer. Hay que apoyarse en las entidades o instituciones oficiales. Somos conscientes de que puede ser un proceso más lento del que nos gustaría y entendemos las reacciones de aquellos que inician viajes hacia la frontera, pero hay cuestiones que es necesario garantizar, por los propios refugiados y por nosotros mismos», indica Zapater.

 

Desde el Centro Comarcal de Servicios Sociales, están recogiendo los ofrecimientos de aquellos que desean acoger a familias que huyen de la guerra, con el fin de ceder sus contactos cuando haya una entidad oficial que se encargue de esta tarea. También recogen los ofrecimientos particulares de aquellos que quieren ceder algún inmueble como alojamiento.

 

Durante el encuentro, las representantes del resto de entidades sociales también explicaron las líneas de trabajo que están desarrollando para atender a las personas refugiadas que llegan al territorio. Valoraron de forma positiva tanto el trabajo en red que están realizando sobre el terreno, como el encuentro que tuvo lugar en la sede comarcal de Los Monegros, que se repetirá con periodicidad trimestral. La próxima reunión será el 20 de junio.

AGENDA

23 de abril

San Jorge. La celebración se extenderá por gran parte de Los Monegros, con actividades culturales y de ocio, entre ellas, numerosas comidas populares. 

 

21 de abril

Actividades medioambientales en Sariñena. Habrá una charla sobre la generación de residuos y su impacto en el medio rural (11.00 horas) y un taller sobre reutilización textil (17.00 horas) en el Museo de la Laguna.

 

19 y 20 de abril

Fiestas de Santa Engracia en Huerto. La programación incluye la tradicional romería a la ermita de Santo Domingo y la despedida con jotas a los vecinos de Alberuela y Usón.

 

27 de abril

XXII Edición de Orbea Monegros. La prueba referente de mountain bike tendrá lugar el 27 de abril en Sariñena.