En primer plano, José Manuel Villegas, junto a dos de los alumnos beneficiados.
La ONG Reciclaje Tecnológico, que tiene su sede en la ciudad de Huesca y que se nutre de la labor desinteresada de sus voluntarios, ha donado seis ordenadores de mesa a un grupo de ocho alumnos del IES Montes Negros de Grañén. Del conjunto, algunos eran hermanos y por lo tanto, compartirán el equipo informático.
La acción, que tuvo lugar el pasado lunes, se saldó con la alegría y agradecimiento de los beneficiados: Wissal, Ouijdane, Nabil, Douha, Meybelin, Izabela y Mario. De hecho, algunos de ellos se fueron literalmente saltando de alegría. Y es que ninguno había llegado a disponer nunca de un ordenador propio en casa.
«¿De verdad me lo puedo llevar? ¿Para siempre?», insistió una de las estudiantes, sirviéndose de la traducción de otra compañera, que fue la encargada de ayudarle a superar la barrera de un idioma que todavía no domina. Los alumnos fueron seleccionados por los responsables del centro educativo.
No son ordenadores nuevos; están compuestos de piezas que otros desechan, pero que siguen funcionando. De su ensamble y puesta a punto, se encargan los voluntarios de la ONG Reciclaje Tecnológico, que tiene una doble misión: reducir la brecha digital y el exceso de residuos tecnológicos.
El colectivo, que se fundó en el año 2015, tiene su músculo en sus voluntarios. Tres de ellos fueron los encargados de participar en la actividad organizada en el IES Montes Negros: Óscar Carnero, vecino de Grañén, y dos voluntarios de fuera, el sevillano José Manuel Villegas y la italiana Mónica Donatoni.
Los tres impartieron un dinámico taller, con el fin de transmitir algunos conceptos básicos a los alumnos implicados y favorecer su participación activa. Para romper el hielo, organizaron una yincana dirigida a reconocer las diferentes piezas que componen un ordenador. Después, los chicos y chicas participaron en su montaje y aprendieron a utilizar el sistema operativo Linux.
«Ver sus caras de alegría produce una gran satisfacción», indicó Carnero, que se mostró encantado con el resultado de la actividad y la implicación de los alumnos, que forman parte de familias en situación de vulnerabilidad y que fueron seleccionados por los responsables del centro educativo.
«A través de esta acción, se busca contribuir a reducir la brecha digital, dando a estos niños la posibilidad de acceder a un equipo informático básico, que les servirá para mejorar su formación y desarrollar determinadas tareas, sin verse discriminados frente a otros compañeros. También les ayudará a mejorar su comunicación, ya que podrán tener acceso a las redes sociales», explicó Carnero. Además, si los aparatos dejan de funcionar o dan algún fallo, «solo tienen que llamarnos y repondremos las piezas dañadas», añadió.
Para desarrollar su labor, la ONG Reciclaje Tecnológico cuenta con voluntarios de dentro y fuera de España, a los que financia el viaje y el alojamiento a cambio de su tiempo. También se nutre de donaciones de particulares y empresas, incluyendo las aportaciones de sus propios integrantes. Además, aquellos que lo deseen también tienen la opción de apadrinar a un niño, es decir, de financiar su acceso a un equipo informático. Ignacio Tebas es el presidente fundador de la asociación Reciclaje Tecnológico.
