Lorca Eterno pone el broche final a la XXII edición del Festival Internacional de la Oralidad de Robres

Tras cinco sábados de representaciones, el festival se despide hasta el próximo verano.

‘Lorca eterno’ ponía fin al XXII Festival Internacional de la Oralidad de Robres.

La compañía de Teatro de Robres ha sido la encargada de poner el punto y final a la XXII edición de su Festival Internacional de la Oralidad. Una programación de cinco semanas que ya se ha convertido en un foco turístico para la localidad monegrina.

 

Ni la lluvia ni el viento han podido con la cultura. Aunque el Parque de San Blas no pudo ser el escenario en el que se ha desarrollado este montaje sobre el dramaturgo español Federico García Lorca, Robres contaba con un plan b.

 

Ya lo adelantó el director del festival, Luis Manuel Casáus, el anterior fin de semana. La previsión del tiempo no auguraba un buen clima y alertó a sus vecinos y visitantes de que, en ese caso, la última obra se representaría en el salón social de Robres.

 

Y así sucedió. A falta de media hora para que comenzara el espectáculo, las localidades estaban colocadas esperando a ser ocupadas por los asistentes. A las 22.30 y todo el salón completo, comenzaba el que para Casaus era el espectáculo más esperado de esta edición: ‘Lorca Eterno’.

 

Federico García Lorca fue un poeta granadino nacido en 1898. Estudió piano, literatura, y se matriculó en las carreras de Filosofía y Letras y de Derecho en la Universidad de Granada. Sus viajes en aquella época por España fueron los causantes de su vocación por la poesía. Formó parte de la Generación del 27 (conjunto de escritores y poetas del siglo XX) siendo su piedra angular los temas sociales como la injusticia, hablar de muerte en sentido trágico o la figura del amor como sentido único de la vida. Fue entre 1924 y 1927 cuando consiguió su madurez como poeta gracias a su obra “Romancero gitano” o “Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín”, aunque ésta última fue censurada por la dictadura de Miguel Primo de Rivera.

 

Lorca fue, en resumidas cuentas, un poeta defensor de las minorías en el peor momento histórico conocido en España para serlo. Quizá por ello, su figura y su obra se convirtieron, con su asesinato a manos de los franquistas en la guerra civil española, en eternidad.

 

Se trata del último montaje del Teatro de Robres.

 

En Robres, la eternidad de Lorca se manifestó a través de un formato «cargado de sensibilidad, sentimiento y ese embrujo de la obra lorquiana donde la música, el baile y el cante tienen un protagonismo especial» como podía leerse en el cartel del festival.

 

La compañía monegrina, confesaba Casaus, llevaba muy pocos ensayos, aunque la idea sí llevaba tiempo en la cabeza del director. En “Lorca Eterno”, los visitantes y amantes del teatro han podido conocer en profundidad la obra del poeta Federico García Lorca. 18 personas sobre el escenario creando un ambiente mágico y muy emotivo para conmemorar la obra de una personalidad tan querida en España.

 

Durante el montaje, preparado en poco tiempo pero con tanto cariño por la compañía monegrina,  han estado presentes las obras más famosas del dramaturgo, como ‘El Romancero Gitano’, ‘Poeta del Cante Jondo’, ‘Canciones’ o ‘Poeta en Nueva York’, acompañadas de la música de Antolín Santolaria, José Bellosta, Alba Losilla y el artista invitado Santos Giménez junto a su guitarra flamenca.

 

La XXII edición del Festival de la Oralidad de Robres llega a su final, pero ya con miras a la siguiente. Le pedimos a Casaus alguna pista sobre la XXIII edición. «Si se inaugura el Corral de Comedias, que yo espero que sí, ya sabemos cuál será la primera obra que se representará». Y, añade «será un clásico del teatro español, como no podía ser de otra manera». Habrá que esperar unos meses para conocer la programación de la siguiente edición, aunque ya puede augurarse un gran éxito como el que ya se ha visto reflejado este año.