
El escudo ha sido colocado en el centro de la fachada.
El escudo de Sariñena vuelve a presidir la fachada del consistorio, a través de una sólida y cuidada talla en piedra. La obra ha sido encargada por el propio Ayuntamiento y realizada por el escultor de San Lorenzo del Flumen, Pedro Ania.
La pieza, que fue colocada este martes, recupera el diseño tradicional del escudo municipal, que representa los emblemas históricos de la localidad: un único cuartel con un arco y una ballesta en el centro, rodeado por cinco escudos con las barras de Aragón. Todo el conjunto aparece enmarcado por una corona de laurel y coronado por una corona real con banda.
Según diversas fuentes, el nombre de Sariñena deriva del término latino Sarissa, que significa ‘lanza’, en alusión al carácter guerrero de sus antiguos habitantes. Se trataría de los pobladores íberos que habitaron la zona antes de la llegada de los romanos, y cuya simbología habría derivado posteriormente en la figura de la ballesta que hoy ocupa el centro del escudo.

Imagen de la colocación del nuevo escudo en la fachada del Ayuntamiento de Sariñena.
Durante la instalación del escudo, según detalla el propio escultor Pedro Ania, se localizaron unos antiguos anclajes en la fachada que hacen pensar en la existencia de una pieza anterior, aunque se desconoce su aspecto original y no se conserva documentación gráfica que lo aclare.
Para la nueva talla, Ania ha optado por piedra arenisca procedente del municipio aragonés de Uncastillo, un material que, según explica, armoniza con el ladrillo de la fachada y ofrece un acabado más integrado que otras opciones. La pieza final mide 92 centímetros de alto por 75 de ancho. Su objetivo es reforzar la identidad institucional y el vínculo de la población con los símbolos del municipio.
La colocación del nuevo escudo culmina la reciente renovación de la fachada del Ayuntamiento de Sariñena, que luce ahora un repintado en azul aragonés. Tras ser destruido durante la Guerra Civil, el edificio fue proyectado por el arquitecto Eduardo Lagunilla, uno de los principales colaboradores del organismo Regiones Devastadas en Aragón, y finalizado en 1960. Responde a los cánones de la época: volúmenes compactos, formas rotundas y un lenguaje que combina racionalismo con elementos clásicos como el gran balcón o el porche de entrada, reminiscencia de las antiguas lonjas municipales aragonesas. El edificio destaca por su sobriedad y regularidad, con fachada principal en ladrillo, primera planta en piedra y vanos enmarcados en blanco.

La talla ha sido creada en arenisca de Uncastillo y es obra del escultor Pedro Ania.