
Imagen de los trabajos de derribo impulsados por el consistorio.
Farlete ha iniciado una nueva etapa en la transformación de su casco urbano con la demolición de la antigua Casa del Cura, un edificio en desuso y en avanzado estado de deterioro, que llevaba años generando problemas de seguridad. El inmueble, ubicado en la calle del Horno, junto al salón social, ha pasado a formar parte del patrimonio municipal gracias a un acuerdo alcanzado con el Arzobispado de Zaragoza.
El derribo elimina un espacio degradado y, al mismo tiempo, libera un solar estratégico en pleno centro de la localidad, abriendo la puerta a nuevas oportunidades urbanas y sociales, según detallan desde el Ayuntamiento de Farlete.
Su alcalde, Héctor Azara, explica que están estudiando sus usos futuros, en colaboración con los servicios médicos autonómicos y el equipo de arquitectura municipal. El objetivo es dar respuesta a dos necesidades prioritarias: mejorar la atención sanitaria y dotar al municipio de espacios culturales y sociales modernos, accesibles y adaptados a la realidad del siglo XXI.
En concreto, existen dos opciones sobre la mesa. Por un lado, crear un nuevo centro médico o sociosanitario local que permita ofrecer un servicio sanitario digno, funcional y accesible; y por otro, un centro cívico y cultural que acoja biblioteca a pie de calle, salas de formación, reuniones, estudio, coworking y espacios para ensayos y actividades impulsadas por asociaciones locales.
Desde el Ayuntamiento destacan que se trata de «un paso fundamental para dignificar los espacios públicos de Farlete, reforzar servicios esenciales como la sanidad y la cultura, y construir un pueblo más cómodo, habitable y lleno de vida».

Todavía se está estudiando el uso futuro, con varias posibilidades sobre la mesa, entre ellas, el traslado del consultorio médico así como la creación de un centro cívico y cultural.