
Un momento de la mudanza del Degallao, con los volantes sobre los hombros de los danzantes y el rabadán en el centro.
El dance de Sariñena, declarado Fiesta de Interés Turístico de Aragón, ha vuelto a llenar la plaza de emoción, tradición y orgullo. La representación, que cada 2 de septiembre rinde homenaje a San Antolín, ha unido teatro, música, danza y devoción en uno de los momentos más esperados del día grande de las fiestas.
El estreno de jóvenes protagonistas ha confirmado que la tradición tiene relevo y futuro. Beltrán Cucalón, de 15 años, ha debutado como gaitero, siguiendo los pasos de su padre, Leandro Cucalón, y de su tatarabuelo Sixto Lana, conocido como ‘El Rey’, que tocó por última vez en esta misma plaza hace más de un siglo, en 1922.
«Estoy muy orgulloso de poder seguir con esta tradición ya centenaria», ha señalado el joven, que apenas lleva un año tocando la gaita y que cuenta con un maestro de lujo. De hecho, su padre está entre los gaiteros más consolidados de Los Monegros. A pesar de ello, su progenitor ha asegurado que nunca le ha presionado y que ha sido un proceso natural. «Desde pequeñito venía conmigo a los ensayos, a los pueblos, y ha sido él quien ha querido danzar y tocar. Si quiere, siempre le vamos a apoyar», ha indicado Cucalón, que, además de acompañar al dance de Sariñena, hace lo propio con los grupos de Pallaruelo de Monegros, Valfarta y Castejón de Monegros.
El protagonismo de las nuevas generaciones también se ha dejado sentir en otros momentos de la representación. Sin esperarlo, José María Paraled, que lleva casi tres décadas dando vida al diablo del dance, ha visto salir al escenario a su hija pequeña, Ixeia, de solo cuatro años, vestida igual que él y siguiendo sus pasos. La escena, improvisada y espontánea, ha arrancado los aplausos y las sonrisas del público.
«Ha venido detrás; no estaba planeado», ha confirmado Paraled, que suma ya 26 ediciones interpretando este papel. Para el monegrino, el 2 de septiembre siempre es un día especial: «Mi familia me ayuda a preparar el traje, a pintarme la cara… Es un trabajo en equipo y una tradición que vivimos juntos, con pasión y con mucho cariño hacia nuestro pueblo», ha señalado.

Padre e hijo, los dos llamados Martín Blecua, interpretando al general turco y al cristiano durante el dance.
También ha habido otro momento único con padres e hijos compartiendo escenario. Ambos se llaman Martín Blecua y han protagonizado un ficticio duelo. El padre, habitual gaitero, ha dejado a un lado el instrumento para meterse en la piel del general turco, mientras que su hijo ha interpretado de nuevo al general cristiano. Su diálogo ha estado lleno de intensidad y complicidad, con alguna improvisación divertida del joven, que ha arrancado sonrisas entre el público.
Al final de la representación, que ha comenzado con la pastorada entre mayoral y rabadán, y que ha seguido con la lucha de moros y cristianos, donde han aparecido Ángel y Demonio, ha tenido lugar la enunciación de los dichos, que han repasado en verso la actualidad así como diferentes anécdotas vecinales. Precisamente, unode ellos ha estado dedicado al debut de Beltrán Cucalón: «En el año 22 / de la centuria pasada / en tal día como hoy / el gaitero Sixto Lana / tocó por última vez / para el dance en esta plaza / conocido como El Rey / por su maestría y maña / con este instrumento nuestro / que da ritmo a las mudanzas / Hoy estaría orgulloso / de ver que sigue la saga».
El momento más emotivo ha tenido lugar al inicio, con el recuerdo a los jóvenes monegrinos que sufrieron el pasado mes de marzo un grave accidente de tráfico en Castellón. El mayoral del dance, Jaime Martín, lo ha recitado con la voz entrecortada y ante un público en silencio: «Han acontecido este año cosas para recordar /(…) desde aquí a San Antolín / le queremos implorar / que proteja a nuestros vecinos / de nuestra villa sin par / que nos cubra con su manto / en todo tiempo y lugar / y en estos momentos duros / que nos pueda confortar».
Los versos también han repasado anécdotas locales, sucesos recientes y actualidad nacional, siempre con un punto de ironía y humor. Se ha hablado, por ejemplo, de la ausencia del Canto del Romance en el programa de fiestas, de una divertida despedida de soltero, de las peripecias de dos vecinas para conseguir atuendo para el Pilar, del apagón que afectó a todo el país el 28 de abril o de las averías de trenes que colapsaron los andenes apenas una semana después.
Y, en relación a ello, el mayoral ha dicho: «No olvidemos Sariñena / pa que les voy a contar / las veces que el teléfono / ha dejado de funcionar / si no llevas efectivo / ya te puedes preparar / la tarjeta no servía / pa comprar o repostar», ironizaban unos versos, mientras otros añadían: «Pensábamos que esta España / simbolizaba el progreso / algunos tenemos dudas / a la vista de los hechos / en vez de tirar palante / vamos como los cangrejos / derrochando a manos llenas / lo que pagamos de impuestos».
La representación ha culminado con la última mudanza, El Degollau, una de las más espectaculares, en la que los danzantes han formado la torre humana y han ejecutado el tradicional volteo de volantes, desatando los aplausos y vítores del público.