
Raúl Tello, en el gimnasio municipal de Grañén.
El gimnasio municipal de Grañén tiene nuevo rostro. Raúl Tello, vecino de la localidad, acaba de incorporarse como monitor de sala. Con él, el servicio deportivo del municipio gana en cercanía y especialización. Formado como Técnico Superior en Animación de Actividades Físicas y Deportivas, Tello afronta esta nueva etapa «muy ilusionado» y con ganas de imprimir su sello.
«El espacio es maravilloso y confío en que siga funcionando», señala. Tras varios años trabajando en hostelería, el joven quería regresar a su pueblo y finalmente, lo ha hecho desarrollándose en aquello para lo que se había formado. «Ahora mismo, es lo que quería, lo que necesitaba en este momento vital, y estoy contento. Todavía estoy aterrizando, pero con mucha ilusión», confiesa.
Una oferta amplia y asequible
El gimnasio municipal cuenta con un gran número de socios de dentro y fuera de Grañén, que llegan atraídos por las instalaciones, el ambiente y las tarifas. De hecho, los 15 euros mensuales incluyen tanto el acceso libre como las actividades dirigidas por el monitor de sala. A ello se suman otras disciplinas impartidas por especialistas externos.
El abanico es amplio: gimnasia de mantenimiento, muy seguida por usuarios de más edad, pero con un buen nivel físico; una actividad que mezcla stretching, core y pilates, con más de 25 inscritos hasta el punto de tener que desdoblarla; o la gimnasia funcional, que resulta algo más exigente. Además, pronto se incorporarán propuestas que unirán espalda sana y sesiones de mindfulness así como el regreso del spinning.
La labor de Tello no se limita a dirigir grupos. Su papel como monitor de sala es acompañar y orientar a los usuarios en sus entrenamientos diarios, llegando incluso a diseñar tablas personalizadas que se adaptan a sus objetivos o estado físico.
Gracias a la tarjeta personal, el horario de uso es muy flexible, de 6.00 a 22.00 horas todos los días, aunque la atención del monitor se concentra de martes a jueves, entre las 11.00 y las 13.30 y de 14.30 a 21.30 horas; y los viernes por la mañana. Los lunes, en cambio, está fuera de sala, ya que se encarga de impartir clases en los pueblos del municipio: Curbe, Montesusín, Fraella y Callén.
El gimnasio como refugio y punto de encuentro
Tello defiende los beneficios del deporte más allá de la salud física. Para él, el ejercicio ha sido siempre una tabla de salvación y un refugio al que volver siempre. «A mí, personalmente, el deporte me ha salvado en momentos claves de mi vida, me ayuda a estar mejor conmigo mismo y ordenar todo dentro de mí. No solo es salud física, también mental», subraya.
Y quiere transmitir esa misma filosofía a quienes cruzan la puerta del gimnasio municipal. «Aquí también se disfruta de un momento de convivencia, distensión, de pasarlo bien y liberarse del día a día; es un espacio con un importante papel social», concluye.